Luz

Ayer estaba muy felizmente en mi casa revisando mi correo y enviando otros tantos. Además estaba leyendo blogs conocidos y descubriendo nuevos. Después de un rato de navegar me encontré con un blog entretenido e interesante, me detuve a leerlo durante unos momentos y cuando estaba bien concentrada en él...se va la luz! Oh decepción! no recuerdo la dirección.
Ni modo, mientras esperaba a que volviera me puse a ver por la ventana y como 20 minutos después regresó la luz. Ya había perdido las ganas de leer en la computadora y me puse a hacer otras cosas.
Más tarde me puse a hablar por teléfono y de esa llamada derivó que debía encender de nuevo mi computadora y enviar el último correo del día. Obviamente no resistí la tentación de abrir el messenger, minutos después estaba atrapada en la plática.
De una de esas charlas en el messenger se derivó una posterior llamada telefónica. Era una conversación decisiva en ciertos aspectos, para no perder detalle de nada decidí hablar por el telefono inalámbrico que tengo junto a la compu para poderme, en dado caso, trasladar por la casa sin necesidad de interrumpir a mi interlocutor. La conversación se extendió tanto que decidí mudarme hacia mi recámara y desde la comodidad de mi cama continuar. La decisión, motivo principal de esa llamada, estaba por ser dicha cuando...si, adivinaron! se fue la luz y se cortó la comunicación.
Acto seguido, escucho en la lejanía sonar la extensión de la sala, intenté correr pero seguía deslumbrada y como todavía no conozco bien la casa me daba miedo bajar corriendo las escaleras en la oscuridad de la noche; así que no alcancé a contestar.
Con el ruido provocado por mi correr y el teléfono, se despertó mi papá; así que cuando volvió a sonar el teléfono me dijo muy molesto "yo contesto" pero ya había contestado yo. Durante un buen rato lo estuve escuchando rondar por la casa y pues eso me desconcentró de la plática pendiente por lo cual tuve que dejarla para otra ocasión...todo porque se fue la luz!