Desde muy temprana edad yo tomaba mis decisiones pues también me hacía cargo de mi. Cuando llegó mi tierna edad de 15 años mis papás me preguntaron si, al igual que mis hermanas, iba a querer por lo menos una fiesta familiar y con algunos amigos para celebrar. Aprendí en cabeza ajena y como me di cuenta que mis hermanas se arrepentían enormemente del rídiculo de la tradición, decidí que no queria fiesta. En realidad no me arrepiento de mi decisión.
Ayer por la noche estaba muy de buenas, estaba en la cocina con mis papás y mientras mi mamá preparaba la cena, mi papá puso un viejo disco de vals. No sé qué me dió por tomar del brazo a mi papá y le dije. "Hoy es mi fiesta de 15 años. ¿Bailas conmigo?" Me miró extrañado por mi comportamiento pero inmediatamente sonrió y nos pusimos a bailar en un pequeño espacio entre la barra y el refrigerador. Mientras transcurría la música empezamos a recordar que yo no había tenido fiesta y que por lo mismo nunca había bailado un vals con mi papá. Al terminar nos reímos mucho y mi mamá nos dijo que estábamos locos.
Para que no digan que nunca fui presentada con la sociedad.
6 comentarios:
Primero..!!!! yessss!!!!
jajajaja... muy bien por los dos... esas pequeñas "locuras" hacen de la vida un lugar mucho más agradable... pero esas fiestas de 15 son legendarias... pasan cada cosa... que bueno... tschüss
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Felices 15.
Si, yo por eso no quise una fiesta! Saludos Aldergut
Muchas gracias Víctor, aunque el vals haya sido 11 años después.
Si es cierto, felicidades, mis padres tambien se sacan de onda cuando Aldo y yo ponemos cumbias y nos ponemos a bailar... dicen que somos unos enfermos... Besos.
No comprenden nuestros arranque de creatividad Capi! Besos
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