Tenrikyo

Ayer tuve un encuentro cercano con la cultura japonesa y fue bastante agradable a pesar de que era una ceremonia dedicada a una amiga que murió hace 7 meses. Desde la entrada al templo fue una experiencia diferente, el tener que quitarse los zapatos y utilizar una túnica color marino, el saludar y convivir con todos los presentes sin conocerlos, el tener que presentarse al final de la ceremonia y tener que dar las impresiones que causaron en mi...todo fue muy diferente.
El templo es un lugar pequeño y acogedor, donde el altar y el piso están hechos completamente de madera. Tiene un gran ventanal por donde la luz entra y no hay ninguna figura que represente alguna clase de espíritu; los rezos son cantos, todos en japonés y para los que desconocen el idioma los ponen en un rotafolios donde están escritos silábicamente para poder llevar el ritmo adecuadamente. Algo que también me pareció singular es que no hay un sacerdote o algo así, en este caso eran 6 personas (3 hombres y 3 mujeres) quienes bailaban una coreografía que iba describiendo los versos de los rezos; mientras otras 5 ó 6 personas tocaban los instrumentos musicales que creaban ese ambiente tan hipnótico, tan oriental.
Es curioso que los asistentes deben llevar como ofrenda alimentos (yo llevé zanahorias) los cuales están presentes en el altar durante la ceremonia y porsteriormente con ellos se prepara (entre todos) los alimentos que ese mismo día se consumirán. Es un ambiente de total cooperación y convivencia.

Shiori murió hace aproximadamente 7 meses en un accidente en Hiroshima...dos días antes de regresar a México para establecerse definitivamente aquí y continuar su exitosa carrera como pintora. Tenía 27 años y muchísimo talento.