Ayer estaba comiendo con mi hermana, cuñado y sobrina. No sé por qué estaba particularmente parlanchina y ya ni recuerdo qué les estaba contando con mucha efusividad cuando en uno de mis ademanes golpeo mi vaso lleno de agua de sandía, la cual se esparció alegremente por la mesa y me mojo toooodas las piernas. Tuve que terminar de comer con la ropa mojada y ya luego mi hermana me prestó un pantalón para cambiarme y poderme ir a mi casa.
Jajaja! ya no debería sorprenderme pues ésta no es la primera vez que sucede.
1 comentario:
lo mas vergonzoso que me ha tocado asi fue una vez que me senté en una banca en la que se había caído jugo de uva, yo traía unos pantalones beige.... no no no, que vergonzoso fue pasar todo un día de trabajo con las nalgas moradas... besos.
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