Sí mi hijo hablara.

A los que ya son papás me comprenderán, a los que no, sirva de experiencia.

Queremos tanto a nuestros hijos que no sabemos que hacer para que luzcan bonitos, curiosos, graciosos, guapos, etc. Les ponemos, les quitamos, los vestimos, disfrazamos, en fin de todo, hace unos días veía como a Víctor Daniel ya la habían sobresalido los cabellos de las orejas, cosa que me desesperaba, peinadito ni molestia le causaba, pero después de jugar todo el día, le causaba molestia sus cabellitos, entonces con la confianza de mi cero experiencia y mi ‘’autoridad’’ como padre me dispuse a cortarle el cabello yo mismo.

Como Danielito es un águate y no deja de moverse en ningún instante, al primer intento de darle con la maquinita para el pelo, se volteo y ¡zas¡ que lo rebano hasta el coco, me dije a mi mismo ‘’No os preocupéis que ahorita lo arreglas’’ y ya entrados, pues que le doy del otro lado, total que entre que no se dejaba, el ruido de la maquina y mi desesperación, terminé mi labor convirtiendo a mi hijo en un autentico mohicano, lo veo y no sé si reírme o darme de golpes, lo bueno es que a sus diez meses no sabe de vanidad ni mucho menos de vergüenza, aunque todos en la familia se me quedan viendo muy feo y con ganas de partirme la cara y con ese movimiento de cabeza que significa ‘’si serás’’. Pero ya no lo vuelvo a intentar… la neta quien sabe.

Nota: La foto es ilustrativa del corte de cabello, pero este moustro no se parece a Daniel.